El pasado sábado estuve en la playa del Peñón del Cuervo haciendo una sesión familiar de lo más tierna. Y es que Ángel, el pequeño de la casa se lo pasó bomba jugando con la arena y sus papis, por supuesto, encantados.
En pleno mes de agosto es complicado hacer una sesión en exterior ya que el tiempo en la mayoría de ocasiones no acompaña. Pero como todo en esta vida tiene solución... ¡SESIÓN A PIE DE PLAYA!
Es cierto que por la hora, lo habitual hubiese sido encontrar la playa menos transitada. Cual fue nuestra sorpresa al llegar que ocurría todo lo contrario. Decenas de bañistas montando sus carpas y preparando cumpleaños y barbacoas. ¿La solución? Esquivar el mayor número de personas posibles, usar el punto de la playa con menos gente y cuando no queda de otra... un poco de photoshop.
Ángel tiene poco más de un año. Entre sus primeras veces está también el visitar la playa. La arena, las piedrecitas y el agua era lo que más llamaba su atención. Hubo que tener algo de paciencia para que se percatase de la existencia de mi cámara. Mereció la pena la espera.
El amor de padres, las divertidas caras de Ángel y el paisaje, convirtieron ese atardecer en el momento perfecto para inmortalizar esos momentos que pasan a toda prisa. Por que sí, aunque nos cueste aceptarlo, los niños crecen por días. No podemos parar el tiempo, pero si podemos capturarlo.